Foto facilitada por Carlos Chacón http://www.conlaluzdisponible.blogspot.com/ |
El hogar
temporal que me daba cobijo si acaso me permitía el desarrollo de la nueva
morfología, una muy diferente a la que tuve en días anteriores, en una vida de
vagos recuerdos. Pero el llamado de la naturaleza es más fuerte que cualquier
viento huracanado y pronto empecé a salir del capullo delgado que me mantenía
alejada de las bellezas del jardín.
La salida fue
lenta y paciente como el andar de los rayos del sol entre las hojas. Todas las
mariposas nos tomamos nuestro tiempo para acostumbrarnos a la nueva
temperatura, al aire, a conocer al detalle las bondades de todas nuestras
partes. No es fácil pasar de una vida monótona de arrastre, a la libertad que
nos confieren nuestras alas.
Al fin, en
algún momento sin hora encontré la fuerza necesaria para estirar esos grandes
pliegos que cuelgan a mis costados y volé... Dicen que son brazos de colores,
pero en realidad no sé reconocerlos.
Hoy, ha
pasado mucho tiempo desde ese primer viaje. He probado los néctares de muchas
flores, incluso de frutos maduros, he volado largas distancias y he conocido
más como yo, pequeñas criaturas con muchas aventuras que compartir…
No sé
cuánto me queda de vida. No me interesa. Lo único que tengo claro es que aún cuento
con la fuerza suficiente para muchos más revoloteos, para atracar en el polen
de las flores del jardín y descansar entre el fresco de las hojas verdes de
superficie irresistible.
Katmarce—
Siempre me llamó la atención la forma de las mariposas como también su poco tiempo de vida. Me hace recordar que esa forma que adoptan después de la crisálida es como si fueran ángelitos. Bah, es un recurso poco eficaz pero quiero que esas alas servirán en otro lado.
ResponderEliminarPor otro lado, recuerdo una viñeta humorística de un dibujante argentino que tenía a una mariposa de protagonista y que iba a escribir su autobiografía. El texto decía: "Mi vida: Hoy fue un hermoso día. Fin".
¡Qué lindo, Julián!... Voy a robarte esa imagen, a mí también me gusta pensar en ellas como angelitos :-) Gracias por la visita
EliminarSaludos,
¡Hermoso! Ojalá aprendiéramos un poco de las mariposas, cuya vida es breve pero intensa. No andemos tan preocupados por qué será de nosotros mañana. Vivamos el momento.
ResponderEliminarUfff... es una gran lección de vida, difícil de ponerla en práctica, pero cierto, ojalá pudiéramos vivir tan intensamente como las mariposas. Me alegro verte por acá... Saludos,
EliminarHola Kat!
ResponderEliminarUn lindo relato sin duda... con el que deberíamos aprender a identificarnos un poco más.
Los seres humanos también podemos hacer esas metamorfosis y en más de una ocasión, pero nuestros miedos nos niegan la oportunidad. A veces parece que preferimos arrastrarnos en un medio sin riesgos que expandir nuestros horizontes a riesgo de equivocarnos.
Esa última parte es tal vez la más importante: no importa cuánto nos queda de vida. Podría ser que hoy sea el último día de nuestras vidas y si es así, deberíamos disfrutarlo igual y poner el mismo empeño en lo que tenemos que lograr. No podemos esperar hasta el final para empezar a apreciar lo bueno y para empezar a hacer lo correcto.
Un abrazo!
Carlos Ch.
conlaluzdisponible.blogspot.com
¡Graciaaaaas por prestarme la foto, Charlie!!... Es una excelente imagen y me queda justa para ilustrar el texto :-)
EliminarMe gustaría poner en práctica eso de las metamorfosis diarias, aunque pensándolo bien, yo he tenido algunas en mi vida... Solo es necesario saber que se puede lograr el cambio, con una buena dosis de empeño y ganas de hacer las cosas bien (como lo dices)
Un abrazo,
¿¿¿¡¡¡Qué fue esa belleza de texto, Kat!!!??? Volviste con fuerza. Repito los comentarios anteriores que evidencian vivir el ahora, es lo importante. Pero la manera en que están expresados los pensamientos aquí es demasiado. Como encontrarte con una metáfora en cada esquina que das vuelta.
ResponderEliminarAdemás esa foto. Bien por Carlos que le sale de lo mejor cada imagen.
Muchas gracias, Sergio :-) no creí que el texto tuviera tanta fuerza, pero si vos lo sentiste, entonces me equivoqué. Cierto, nuestra vida es tan frágil como la de las mariposas, pero muchas veces se nos olvida.
EliminarCarlos es un excelente fotógrafo, deberías visitar su blog. Saludos,
Magnífico amiga escritora Katmarce: he sentido la esencia tu mensaje en pasaje bien escrito: vivamos sin estar estresados, pendientes del fin.
ResponderEliminarAbrazos fraternos en Amistad y Poesía verdaderas,
Frank Ruffino
Hola Frank, qué bueno verte por acá. Gracias por tu visita y, efectivamente, captaste la esencia del texto. Saludos,
EliminarEsa sensación de seguir adelante me gusta. Gracias Kat.
ResponderEliminarSaludos
David
Gracias a vos, David. Saludos!
EliminarVos sabés cuánto me gustan las mariposas... Esa idea de la transformación, de resurgir... de volar.
ResponderEliminarY agrego mi fascinación por aquella fábula donde la mariposa atraída por el resplandor de la llama se acerca tanto que se le chamuscan las alas...
No recordaba ese detalle... Pero sí, recuerdo el relato de esa mariposa... Una bonita lección, en un contexto diferente. Gracias por pasar, Vala!!
EliminarLa foto es extraordinaria (saludos para Carlos). El texto muy lírico y, por su manera de presentarse y de manejar sus conceptos, lo siento como una metáfora o alegoría de la propia vida humana. Hay un tono optimista hacia el nacimiento, hacia el salir a la vida, es algo muy suyo, amiga, pienso, pero no es lo mío. Ya usted sabe que me domina el pesimismo ante la vida. Por ejemplo, ahora pienso que sale esa bella mariposa, aparece otro animal comemariposas, ponga el que usted quiera, y se acabó. En fin, saludos. Hace bastante no sé de usted, Katmarce, nada de nada, así que es señal de que la estás pasando bien. Me alegro. Yo no, pero prefiero así. No quiero ilusiones de mariposa. La vida como es: cruel, maliciosa, insolidaria, injusta y para el beneficio de unos pocos.
ResponderEliminarGracias por la visita DW!! Es cierto, pienso que hay momentos en que, como las mariposas, nos transformamos y renacemos. Es una oportunidad para construir sobre un jardín nuevo... Lamento su poco optimismo... Un abrazo a la distancia....
EliminarKatmarce: mi poco optimismo es consecuente con la sociedad que vivimos. Basta mirar alrededor, basta con informarse, basta con sentir cómo acabamos con el planeta, con ver tanta indigencia, con ver niños famélicos en África y en Panamá, tanto crimen organizado, tanta mujer agredida, tantas guerras injustas, con religiones en decadencia y así puedo seguir. Mi concepto de vida no me permite la felicidad individual en un mundo donde son demasiados los que sufren...
ResponderEliminarEstoy convencido de que lo mejor para esta sociedad es acabarse y ver si, sobre sus ruinas, sale esa mariposa que hablas,como ave fénix para un mundo mejor.