domingo, 15 de enero de 2012

VISITA MISTERIOSA DE VIVOS COLORES


Imagen tomada de parameshwarys.blogspot.com
Escurridizo… Así se introdujo el fresco del día soleado por la ventana abierta que da con el respaldar de mi cama.  Y entre sus faldas de aire de verano, se trajo consigo unas grandes mariposas de vivos colores que entraron sin anunciarse a mi aposento, mientras tomaban el salón mayor para bailar con elegancia, tal como si fuera una extensión del jardín.

En ese instante, yo dormía plácidamente hasta que tres mariposas de alas de color azul plata se posaron en mi cabeza y me despertaron con su caminar sigiloso de pies ultra-finos.  Al incorporarme, lentamente, percibí su presencia y observé que otras tres de ropaje color naranja revoleteaban en el dormitorio en busca de algunas plantas de flores llamativas que acostumbran a quedarse al pie de mi cama.

La escena era tan fascinante que me inspiró cerrar los ojos, solo por un momento, para inhalar y disfrutar el sabor de verano soleado y brisa joven que me abrazaba. Simpatizo con las pequeñas visitantes pero supe que su felicidad no estaba entre cuatro paredes. Ellas son de espíritu libre, de creatividad espontánea y de felicidad limitada, por eso me dispuse a mostrarles el camino hacia la floresta externa que vibraba con tonos amarillos y verdes entre un alegre vaivén producto del viento que no daba tregua.

Delicadamente las tomé entre mis manos y las llevé hacia su libertad como si fueran peces recién rescatados de una trampa mortal de marineros clandestinos.  Una a una, las agraciadas forasteras emprendieron su vuelo, planeando con su cuerpo frágil entre la deliciosa corriente de aire, más allá de mi ventana, entre las flores del jardín, entre los tallos carnosos de hojas verdes, entre los rayos de un sol palpitante de una mañana intensa de verano donde, misteriosamente, sin mayores explicaciones, las mariposas inundaron mi dormir y salpicaron mi día con su color y armonía.

Katmarce--

domingo, 1 de enero de 2012

LLEGÓ EN SILENCIO


Imagen tomada de universopoetico.com
El silencio llega sin pedir permiso. Cae dramático como un gran cobertor invisible cargado de un poder sobrenatural que acalla las voces cotidianas. Es un momento mágico donde el alma se transforma en un ente de cuarta dimensión.

Los minutos de silencio se gozan en compañía de fantasmas blancos, atardeceres casi olvidados, recuentos presentes y canciones tarareadas en la mente.  Mientras la mirada se mantiene fija en la nada, los recuerdos llegan como presencias inertes y diáfanas en el tiempo sin retorno.

El ruido externo es abstracto y distante a la propia respiración controlada y a la contemplación de los sentidos. Justamente, este se convierte en el estado cumbre para hacer un adecuado repaso de lo hecho y de lo que está por hacerse.  La incertidumbre y los deseos se miden en un pulso interno en medio de un largo túnel húmedo, con tramos luminosos y otros espesamente oscuros.

No es necesario un cambio de almanaque para que este silencio sanador nos acompañe.  Él nos visita de improviso, nos secuestra y arrebata en cualquier instante para llevarnos a lugares intensos y escondidos en rincones polvorientos de nuestro ser, en donde están ocultas las verdades y las respuestas a todas nuestras interrogantes.

Katmarce—


"Cinco minutos bastan para soñar toda una vida, así de relativo es el tiempo"
-Mario Benedetti