miércoles, 20 de abril de 2011

HITLER: UN NAZI CON SUERTE


Hoy hace 22 años y un siglo de diferencia nació Adolfo Hitler, una de las figuras más polémicas y despiadadas de la historia, quien posteriormente llegó a ser un hombre asediado por las mujeres, con inclinaciones sexuales masoquistas y cuyo tiempo era casi exclusivo a alimentar sus deseos de poder y gloria.

Los desastrosos resultados de su carrera política son por todos conocidos; sin embargo, su figura como orador por excelencia y líder carismático siempre me han llamado la atención.

Precisamente hoy, aproveché la ocasión para ver la película “Operación Valquiria”, la cual no había tenido el placer de disfrutarla con anterioridad.  Aparte de todos los detalles artísticos y técnicos que logran mantener el suspenso, -deseando que la historia se escribiera con diferente tinta, al menos en la pantalla-; me llama poderosamente la atención confirmar la estrella que acompañó la vida de Hitler.

El largometraje relata con lujo de detalles uno de los tantos intentos fallidos por matar al famoso Fürher, en 1944. En algunos de los documentales que precedieron a la película, se describe cómo este dictador estuvo a punto de morir durante esta explosión, de no haber sido por una serie de circunstancias que jugaron a favor de su suerte; misma suerte que se encargó de guiarlo desde sus primeros años.

Por ejemplo, en su juventud no tuvo dificultades económicas, fue un estudiante perezoso y fracasado, vivió varios años de holgazanería al amparo de su título de “estudiante de arte” y disfrutando de una pensión tras la muerte de su mamá, el mayor logro de sus años de servicio militar fue haber sido “Cabo”, herido y condecorado dos veces y, en 1918, fue nombrado “oficial instructor” con el objetivo de que le transmitiera a sus compañeros del ejército algunas de las ideas nacionalistas.

En 1919, por cosas del destino, Hitler se encontraba en una cervecería muniquesa donde se llevaba a cabo una de las asambleas del Partido Obrero Alemán (posteriormente Partido Nacional Socialista) y, gracias a sus fervientes participaciones, se le invitó a ser miembro. De esta forma, se le da rienda suelta a los acontecimientos posteriores que desencadenan una de las etapas más oscuras de la historia universal.

Fueron una sucesión de eventos fortuitos los que tejieron las aspiraciones de este austriaco de nacimiento, hasta convertirlas en una realidad tan vergonzosa para el mundo y para muchos alemanes, que hubo quienes estuvieron dispuestos a perder su vida por desbancar la fortaleza del soñado Tercer Reich de Hitler, tal y como se relata en la película.

Katmarce--

21 comentarios:

  1. No, para nada, mi querida amiga KatMarce. Nada de hechos fortuitos; aunque la casualidad existe, los grandes acontecimientos históricos, sociales, científicos, culturales, psicológicos, lo que sea, se mueven por relación de causa y efecto. Lo fortuito no existe en el análisis científico exacto ni en el de las ciencias sociales. Cuidado. Lo de lo fortuito es parte de la filosofía idealista, idealismo puro, no es elemento de desarrollo. Lo de Alemania/Hitler se gesta desde la derrota alemana en la Primera Guerra Mundial, su humillación sufrida a costa de quienes triunfaron en la guerra, la rapiña que se soltó sobre Alemania por parte de las economías europeas y, sobre todo, por parte de la economía controlada por judíos. Hitler no fue exactamente lo que usted describe, como si fuera un asunto/sujeto cabalístico. Fue político inteligente y bien asesorado, él aprovechó las contradicciones del capitalismo europeo y judío para consolidar un proyecto político que caló en masas disconformes, humilladas en su nacionalidad y expoliadas. Las casualidades no son motores en la historia, cuidado, eso es como creer que si me caigo es porque pasé por debajo de una escalera, es ingenuidad. La desunión política de Alemania –entonces– permitió el ascenso del fascismo (ideario construido por Benito Amilcare Andrea Mussolini, teórico respetado por Hitler y gobernante en Italia). Fue y es una ideología, sin hechos fortuitos. La sociedad civil no supo enfrentar a tiempo a Hitler. Luego se cometió el error de acudir al terrorismo para derrocarlo. Se unieron algunos comunistas, socialistas, anarquistas y la iglesia luterana más algunos capitalistas desplazados, pero desvinculados de las masas (terrorismo puro, aunque bien intencionado) y hubo serios errores y desaveniencias aún en ello, que fueron aprovechadas por los servicios de seguridad de Hitler para que este no muriera. No hubo suerte. De nuevo causa y efecto. Este error de cálculo político fue importante para el avance de Hitler al interior de Alemania. La casualidad existe, pero no en la esencia de los fenómenos (largo tema). Los romanos decían que si un pájaro cantaba a un lado u otro del ejército, sería triunfo o derrota. Nada que ver. Tampoco así fue con Hitler. Espero, con este comentario, contribuir a algo en este buen blog; perdona KatMarce que me extendiera, pero no es fácil decirlo con pocas palabras. En cuanto a la película, cierto, es emocionante y emotiva, pero superficial en el manejo de los conceptos políticos. ¡Gracias!

    ResponderEliminar
  2. Kat: Si cree que le escribí demasiado, puede eliminar mi comentario sin que me enoje. Eso sí, lo hice con seriedad y cariño por su blog.

    ResponderEliminar
  3. La única definición de suerte que reconozco es aquella que dice que la suerte es cuando la preparación se une con la oportunidad, en ese sentido considero que Hitler encontró las oportunidades y las tomó gracias a su preparación.

    El atentado, desde mi punto de vista, falló debido a la preparación del ejercito Nazi para inducir al error al enemigo.

    En lo referente a la película considero que lo político es inexistente pero está bien, esa nunca fue la intención de sus realizadores.

    ResponderEliminar
  4. DW: Gracias por su aporte, no veo por qué tenga que borrarlo, es muy enriquecedor. Tengo solamente estos dos comentarios al respecto:

    1. No le quise achacar solamente a la suerte el ascenso de Hitler al poder, obviamente, se conjugaron muchos otros aspectos políticos y sociales que favorecieron su liderazgo y le permitieron poner en práctica su ideología, la cual también estuvo influenciada por muchos otros pensadores del momento. El fenómeno es muy complejo para solamente quedarme en lo superficial, pero mi intención no era hacer un análisis de la situación, sino más bien, destacar que el tipo tuvo estrella o suerte. Mi rápida descripción de él está basada en una pequeña investigación que años atrás había hecho para un trabajo de la U sobre el nacimiento del partido Nazi y ciertamente él era un hombre con ingenio, pero si lo vemos fríamente, fue alguien que supo aprovechar las circunstancias porque no tuvo que luchar mucho para llegar hasta donde llegó ¿no sé si me explico?... Digo, no fue un hombre dedicado al estudio, trabajador, político con una carrera destacada por grandes logros -previo a su llegada a la Cancillería... Si no más bien, un orador excelente que conoció a la gente correcta y tomó ventaja de circunstancias ideales para ser un criadero de ideas extremas... A eso le llamo "tener estrella" (estar en el lugar y momento indicado), puede ser causa y efecto, sí claro, podría ser, pero no creo que sea ingeniudad, sino más bien mi lectura de él, como persona.

    2. Sí, claro, comparto que la peli no aborda con profundidad los temas que rodean la "operación" en sí... Pero me parece que esa no era su intención (obviamente es Hollywood)... De hecho, por eso es enriquecedor ver documentales que terminan de redondear la información.

    ResponderEliminar
  5. Fran: ¿A qué te refieres con la falta de preparación del ejército Nazi para inducir al error al enemigo?...

    Me parece que fue un plan muy bien armado porque utilizaba las mismas herramientas que el sistema tenía disponibles para su protección. No sé si hubo otros tan bien pensados, pero Stauffenberg hizo una muy buena movida. Aunque para mí, el fallo fue la mesa -jejeje- o más bien, la falta de previsión con respecto a cambios de último momento.

    ResponderEliminar
  6. Katmarce :

    ¿Dónde leiste falta de preparación?, y sí el atentado falló debido a los cambios de último momento provocados por las medidas de seguridad Nazi.

    No creo que lo de Hitler fuera suerte o que no haya tenido que luchar mucho para llegar donde llegó, si tuviera que escoger entre una de las dos diría que suerte, tengo más problemas en pensar que no tuvo que luchar mucho....
    21 de abri

    ResponderEliminar
  7. Bonito el tema:
    Kat: lo que quiero decir es que no hubo nada, nada de suerte, y me gusta el concepto que da Fran (nunca lo había pensado así; ¡gracias!). Fue la reacción lógico al estado de humillación que el resto de Europa y la economía en manos judías había sometido a Alemania después de su rendición en la Primera Gran Guerra. KatMarce: frases suyas como "misma suerte que se encargó de guiarlo desde sus primeros años" o "Fue una sucesión de eventos fortuitos los que tejieron..." solo pueden llevar a conclusiones falsas en el análisis. De verdad que está bueno su blog.

    ResponderEliminar
  8. Fran: Claro, ahora sí entiendo tu frase jejejeje... ya sabés, a veces mi vista juega conmigo :P

    DW: Sabía que el tema le iba a interesar... Pero insisto, mi entrada no pretende, ni pretendía hacer un análisis de la situación política-social-económica que dio al traste con lo acontecido en Alemania, en esa época, solamente trato de presentar mi percepción de que este alemán fue un líder con estrella. Las frases a las que usted hace referencia están incluidas en otro contexto...

    Yo sí creo que hubo eventos fortuitos que favorecieron a Hitler para llegar a ser quien fue, "golpes de suerte" les llaman algunos... Por ejemplo, veamos el caso del atentado descrito en "Operación Valquiria": Para mí la suerte estuvo del lado de Hitler cuando decidieron de último momento cambiar el salón de la reunión y esto provocó que el efecto del explosivo no fuera el esperado. Para mí fue suerte que el maletín lo movieran de lado, de forma que la pata de la mesa aplacó la onda explosiva que golpeó al Führer (porque todo eso realmente sí sucedió).

    En sus años previos al poder, para mí fue fortuito el acercamiento de Hitler a la política, porque él no era más que una persona sin definir su profesión, ni su futuro cuando tuvo el primer encuentro con el Partido Obrero Alemán, en el bar donde se realizaba un mitín. Él no buscó ese contacto, sino más bien estaba en el lugar y en el momento adecuado para escuchar esos discursos cargados de mensajes afines a sus conceptos nacionalistas.

    A eso me refiero cuando hablo de suerte y eventos fortuitos que tejieron el camino de Hitler hacia su liderazgo.

    En nuestra vida diaria también podemos encontrar gente que está en posiciones de poder, en puestos importantes de empresas, que han llegado ahí tal vez no sus propios méritos o su esfuerzo previo o por su capacidad de avanzada, sino tal vez porque conocen a las personas adecuadas, porque estuvieron en el momento propicio o porque simplemente tienen a la estrella de su lado.

    ResponderEliminar
  9. Kat... este tema es apasionante o por lo menos a mí me apasiona.
    Fijate que coincido con los señores en que los hechos no son tan fortuitos, aunque ya aclaraste que no los quisite hacer ver así. De hecho, fue una maquinaria tan bien pensada, tan bien "aceitada", que caló en las raíces del pueblo alemán, envolviéndolo y conduciéndolo a ese pasado tan oscuro, que aún avergüenza a muchos.
    Casualmente, aunque digan que no hay casualidades, en este momento leo "Los niños de Hitler", de Guido Knopp, un periodista alemán, quien, en conjunto con otros investigadores, nos cuenta como, años antes de dispararse la II Guerra Mundial, los niños desde los 10 años eran enrolados en las juventudes hitlerianas, educados para ser fuertes, disciplinados...
    Y hay gente aún tratando de lidiar con los fantasmas de sus generaciones anteriores. Recién leí este artículo en El País: http://www.elpais.com/articulo/portada/familia/Himmler/elpepusoceps/20110417elpepspor_10/Tes , que me pareció interesante...
    Ya me estoy robando mucho espacio... Hace 18 años tuve la oportunidad de vivir en ese país. Muchos de los jóvenes que en ese momento conocí aún se sentían avergonzados de este período de su historia. También compartí con gente que había vivido la guerra, pero otro día te contaré...

    ResponderEliminar
  10. Vala: Estaba esperando tus comentarios para esta entrada. A mí también me apasiona mucho esta época de la historia universal, aunque como lo dije antes, mi entrada solo toca un grano de arena de lo que vos certeramente llamas "maquinaria bien aceitada", porque lo que se gestó durante esta época se puede analizar desde muchísimas aristas...

    Me encantaría buscar ese libro al que haces referencia. ¿Está bueno para comprarlo?. Gracias por el link que compartiste, una entrevista demasiado interesante que llegaré a leer en mi casa en la noche, con detenimiento. Cuando quieras compartir tus experiencias con respecto al acercamiento que tuviste con la cultura alemana, bienvenida, el campo que necesites utilizar es lo de menos :)

    ResponderEliminar
  11. Y quiero insistir: mi entrada original se refiere al hombre (Hitler) y no sobre la situación o hechos históricos :P para que no confundan mi punto de vista sobre lo que yo llamo "suerte"...

    Con todos los que han ingresado antes coincido que lo acontecido en la Alemania de 1933 a 1945 fue una suma de muchos factores sociales, políticos y económicos complejos. En eso no hay discusión de mi parte ;)

    ResponderEliminar
  12. Te entiendo, KatMarce. Solo que un punto de vista sobre Hitler no debe sustentarse con la ficción de una película. Aquí sí pueden darse esos "golpes de suerte", porque son un recurso narrativo, son creados por un autor ("puntos de giro" se llaman en un guion). La vida tiene una dinámica "real", no "ficcional". O sea, gallo que no canta, algo tiene en la garganta. El hombre está en clara relación dialéctica con las situaciones políticas, sociales, económicas, etc. en que se desarrolla. Hitler en Costa Rica habría sido otra persona, pero no fue casualidad que naciera en Alemania ni nada de lo que le sucedió, aunque sí se dieran casualidades en su vida, pero las casualidades siempre son externas a los procesos; en cambio, la causalidad es inherente o propia de un fenómeno cualquiera. Puña, querida KatMarce, de lo que me estoy dando cuenta es que recuerdo bien mis lecturas de Hegel: todo es mérito de este importante pensador. KatMarce, mi amistad y cariño por usted tampoco son casualidad.

    ResponderEliminar
  13. Gracias por sus comentarios DW, entiendo totalmente que difiera de mi punto de vista, usted es un téorico menos "romántico" que yo, pero mi hipótesis/percepción de lo que planteo en esta entrada no es tan ligera como para sustentarse solamente "con la ficción de una película", sino más bien es mi deducción después de leer diferentes fuentes y ver muchos documentales, recuerde amigo que soy una gran seguidora de la vida de Hitler y de este periodo de la historia.

    Y lo que dije en mi comentario anterior, sobre lo de cómo Hitler se salvó de este atentado, no está basado solo en la película (sé que éstas no se pueden tomar como fuente confiable de información), como lo dije antes, vi un documental interesantísimo (no recuerdo si fue en History, Discovery o National Geographic) donde analizaban todos los factores que menciono que no fueron agregados por el recurso de la ficción, sino más bien eventos "fortuitos" que realmente pasaron y que le salvaron la vida al líder alemán.

    Lo invito a ver este que está en internet, no sé si fue el que vi en la TV, pero se ve interesante: http://www.youtube.com/watch?v=KjvE3ZAoKKk -más tarde me tomaré el tiempo para verlo por completo-

    ResponderEliminar
  14. A ver, Kat, espero su comentario de "Ágora" en mi blog. Usted insiste en la importancia analítica de "los hechos fortuitos", ni modo, qué se puede hacer. Se me ocurre ahora que a los periodistas –en general– les gusta ese concepto. Los hechos fortuitos existen, pero no son esenciales en el desarrollo de nada. Ningún científico apoyaría sus investigaciones en hechos fortuitos, aunque tampoco los despreciaría como elementos colaterales de un estudio. Yo no los ignoro, pero no los creo sustanciales. Sería fatal para el método de análisis (método: camino de de un estudio), porque lo fortuito nos conduce a lo accidental y no a lo esencial (como le sucede a usted con sus letras sobre Hitler). La espero en mi blog. Gracias, amiga.

    ResponderEliminar
  15. Hola pase a saludarla...como siempre me encanta su forma de escribir...abrazos D.J

    ResponderEliminar
  16. Hola, katMarceeee, dónde se metió usted. Es capaz que se fue con Hitler, jejé
    Ya puse entrada nueva. La vengo a invitar a ir a mi blog.

    ResponderEliminar
  17. Pues bueno, no se puede decir que el hecho de que un atentado contra alguien como Adolf Hitler no se consumara fue cosa de la suerte, se dice que en la vida de Hitler hubo aproximadamente 40 (si mal no recuerdo) atentados, de los cuales pocos son recordados por su trascendencia. Desde mi punto de vista muchos de estos atentados no llegaron a consumarse por ser organizados (y llevados a cabo) por grupos bastante menos preparados que la seguridad Nazi, eran grupos con menos poderío económico y menos preparación. Una de las claves para que Hitler consiguiera lo que consiguió fue el estar rodeado de personas muy inteligentes y con grandes conocimientos en sus respectivos campos, evidentemente esas no son cosas que tienen que ver con la suerte, más bien están relacionadas con: Dinero, influencias, recursos etc. Ahora, si a lo que Katmarce se refiere es a que es notable el hecho de que una persona sin ninguna preparación haya llegado a ser la cabeza de algo tan grande, pues si, debe de haber sido difícil que la gran cantidad de burgueses que le donaban dinero a los proyectos de Hitler y compañía accedieran a estos, ahora no creo que eso sea suerte, como Katmarce bien dice, Hitler era una gran orador y estaba muy seguro de lo que él decía y en lo que él creía, y pues bueno ya sabemos que la confianza en nosotros mismos es la base para que los demás confíen en nosotros, Hitler sabia de eso.
    Interesante tema.

    ResponderEliminar
  18. Delia: Gracias por la visita. Saluditos

    Niña Pochita: Ya casi me voy a tomar un cafecito en su escuela...

    Kenneth: Gracias por la visita y por ser parte de mi tripulación. Estoy de acuerdo con vos en que Hitler podía vender hasta el alma, si se lo proponía. Su confianza y oratoria eran sus grandes armas y la gran lección que se puede sacar de esto es, como vos bien lo decís: "la confianza en nosotros mismos es la base para que los demás confíen en nosotros"... Espero hayas comprado tiquete de viajero frecuente ;)

    ResponderEliminar
  19. De nuevo mi ignorancia es tal, que no tengo argumentos para opinar, solo diré que fue un tipo malo y con ganas.

    Sartencaliente.blogspot.com

    ResponderEliminar
  20. KatMarce: qué bien, su blog es todo un "pegue" y me alegra muchísimo. Muchísimo.

    ResponderEliminar
  21. Hattori, gracias por tomarte el tiempo para leer mis reflexiones

    DW: Gracias!! XD

    ResponderEliminar

Sus comentarios son bienvenidos ;-)