¿Cómo
llegué a ese álbum doble de mi papá?... No lo sé con exactitud, eso solo lo
podrían recordar mis progenitores… Lo cierto es que aún sin haber entrado al
kínder, siendo hija única (en aquel momento), yo debía encontrar la diversión
entre las matas de café que rodeaban la casa donde vivíamos, los árboles de naranja, jocotes, cas, mango y las chayoteras
(que tanto me gustaban), entre otras riquezas; todo eso fertilizaba mi
imaginación y me acompañaba en mis largos momentos de silencio (que aún me
gusta conservar en ciertas circunstancias).
Pero llegó
ese álbum doble, de portada plateada, con cuatro caras animadas. Las letras cursivas,
celeste plata, decían “Rock ‘n Roll Music”
(eso lo supe mucho tiempo después, por supuesto) y arriba el distintivo “The
Beatles”… El hechizo llegó a mi vida… Ese disco, que un tiempo después
desapareció de mi casa, fue mi compañero de juego recurrente. Tardes
incontables escuchando esa música pegajosa y aunque no entendía ni una palabra,
no hacía falta, yo igual la disfrutaba, la tarareaba y creo que hasta la
bailaba…
Dejaré
otras de mis anécdotas “beatlerianas” para posteriores entradas. Por ahora, solo basta decir que han sido más
de 30 años de admiración a la música de este grupo leyenda de todos los tiempos,
periodo en el cual han desfilado ante mis curiosos ojos sus videos, caricaturas,
especiales conmemorativos, sus películas, documentales, historias de
conspiración... Todo eso ha alimentado una admiración única, tan grande como el submarino que da nombre a este blog y que bordea mi corazón…
De esta
forma, queda bastante claro que uno de mis grandes deseos, cuando veía algunas
presentaciones en blanco y negro, de The Beatles, en televisión, era convertirme en una de esas mujeres histéricas que tuvieron el privilegio de verlos –aunque tal
vez no escucharlos- en vivo. Pero con la muerte de John y, la posterior partida
de Harrison, esos sueños eran cada más platónicos.
El sueño hecho realidad.
Desde el año pasado, los rumores llegaban pero yo no creía… Hasta que este
1ero de mayo del 2014 lo vi ante mis ojos… Paul McCartney inundó el escenario
del Estadio Nacional con su carisma, su majestuosidad, su alegría, su energía,
su voz y su arte… Y en instantes me convertí en una de aquellas chicas
histéricas de la tele que, en lugar de cantar y bailar, se ponían a llorar
entre gritos ahogados y manías obsesivas… En mis adentros, siempre supe que
sería así…
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"All my loving" con la misma guitarra que usó para componer esta canción |
Durante la
noche, el ex Beatle dedicó canciones a su actual esposa Nancy, a su amada y
desaparecida Linda, a George le dedicó una hermosa interpretación de “Something”, y a John le cantó “Here Today”, una
sentida canción escrita por Paul para, este, su gran amigo… Claro, eso atrajo
fácilmente mis lágrimas, nuevamente, no solo porque Lennon es mi Beatle
favorito, sino porque nunca había escuchado esa pieza tan hermosa…
Los
detalles técnicos del concierto fueron increíbles y, claro, se alejan en mucho
de aquellos años en que los cuatro muchachos tocaban sus instrumentos entre una
gritería que no les permitía ni siquiera escucharse a ellos mismos… Nuevos
temas y los éxitos de The Wings también se mezclaron en la cita. Por ejemplo, “Live & Let Die” fue el éxtasis de la
noche, justo en el medio del espectáculo, la energía rockera fue cuidadosamente
acompañada con juegos pirotécnicos que simplemente penetraron en el punto exacto
para hacer estallar los corazones, entre esos, el mío…
La noche
transcurría alegre, nostálgica e inyectada y yo no quería que el final llegara, pero
como dicen: “todo lo bueno tiene que terminar”… Fue así como el cierre cayó con
más rock, al ritmo de “Helter Skelter”,
y un cierre caluroso y preciso compuesto por “Golden Slumbers” / “Carry That Weight” / “The End”.
De esta forma, después
de casi tres horas, Paul y su banda dijeron adiós definitivamente, dejando
ahora solo el recuerdo de cada detalle en mi mente: Paul hablando español, Paul espantando
a un “abejón de mayo” que se posó en su camisa mientras tocaba el piano (que
bien podría decirse que es un “beetle”),
Paul tocando con su guitarra de los 60’s, Paul musicalizando “Oe-oe-oeeeee”,
Paul y su mismo humor de siempre… Miles de emociones entremezcladas con la
música de esta leyenda que hizo y sigue haciendo historia, aún sin la compañía
de sus otros tres cómplices.
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“There
are places I remember
All my life, though some have
changed
Some forever not for better
Some have gone and some remain
All these places had their
moments
With lovers and friends
I still can recall
Some are dead and some are living
In my life I've loved them all”
IN MY LIFE
(Lennon / McCartney)
Retomo la entrada que dio inicio a esta aventura bloguera, por si se les antoja: "Hoy tengo ganas de escribir sobre los grandes"
Katmarce—